Desarrollo y función
Dormir bien y lo suficiente es esencial para nuestro bienestar, importante para la regeneración de nuestro organismo y el rendimiento diario. Desafortunadamente, no siempre disfrutamos de un buen sueño reparador de forma natural. Muchas personas en todo el mundo sufren de trastornos del sueño que no sólo empeoran sustancialmente la calidad de sus vidas, sino que también le puede causar problemas de salud.
El sueño es una necesidad esencial y vital durante el cual se producen procesos importantes. Mientras dormimos, nuestro cuerpo se regenera, nuestro sistema inmunológico se estabiliza, las células se reparan y se elaboran las sensaciones acumuladas durante el día. Además, mientras dormimos todo lo que hemos aprendido se almacena en la memoria a largo plazo.
La Ciencia detrás de la Cronobiología ha reconocido desde hace tiempo que lo que nos garantiza un sueño saludable y reparador es la melatonina, una hormona neural que se libera durante la noche y que tiene un papel fundamental en la regulación de nuestro ritmo circadiano. La melatonina es producida por la glándula pineal del cerebro para controlar nuestro reloj biológico, estimular la actividad de numerosos grupos de células y regular el sueño. Además, esta hormona tiene un efecto antioxidante. Cuando la producción de melatonina se altera, es decir si se produce en cantidad insuficiente o en horarios incorrectos, el sueño se ve afectado con el riesgo de desarrollar una serie de enfermedades.
Fases del sueño
Durante la noche, nuestro cuerpo pasa a través de algunas fases del sueño:
- Fase del adormecimiento (periodo en el que pasamos del estado de vigilia al de sueño: el cuerpo descansa, el pulso se vuelve más lento, la respiración se hace más regular)
- Sueño ligero (normalmente dura pocos minutos: los músculos se relajan)
- Sueño profundo (es cuando se produce la regeneración de nuestro organismo y difícilmente nos despertamos espontáneamente durante esta fase)
- Fase REM (R.E.M. significa Rapid Eye Movement, es decir Movimiento Ocular Rápido – esta fase se caracteriza por una intensa actividad cerebral: es la fase en la que se sueña)
En el transcurso de una noche estas etapas se repiten una y otra vez. Después de la fase REM, el cuerpo vuelve a la fase de sueño ligero para luego pasar al sueño profundo y así sucesivamente. Cada ciclo dura aproximadamente 90 minutos.
3. Trastornos del sueño y frecuencia
Mientras los niños y los bebés necesitan muchas horas de sueño (los recién nacidos deberían dormir al menos 16 horas al día), la duración media del sueño de un adulto oscila entre 6 y 8 horas por noche. El sueño de cada persona depende del «tipo cronobiológico» al que pertenece (búho = noctámbulo; alondra = madrugadora). Se habla de trastorno del sueño cuando una persona no logra dormir más de 6-7 horas por noche durante un periodo de al menos 6 meses consecutivos.
El 20-30% de los seres humanos sufren de un trastorno del sueño, hombres y mujeres por igual. Entre los mayores de 65 años, el porcentaje aumenta hasta un 70-80%. Solo una tercera parte de ellos (30-35%) acude a un médico para este problema. Alrededor del 70% de las personas que sufren trastornos del sueño se somete a una terapia a base de benzodiacepinas, mientras que el 30% restante se automedica, recurriendo a remedios como los antihistamínicos, por ejemplo.
«Quién duerme poco es estúpido, gordo y enfermo.» Un viejo refrán un poco ofensivo, ¡pero tristemente fundado! No dormir lo suficiente causa una serie de enfermedades del cuerpo y de la mente.
Efectos sobre la Memoria
Lo que aprendemos durante el día se consolida durante el sueño (consolidación de la memoria durante el sueño). Numerosos estudios científicos han demostrado que quien sufre de insomnio crónico se enfrenta a una reducción de la capacidad mnemónica. Los trastornos del sueño inhiben el desarrollo de la memoria. Los sujetos que los padecen son olvidadizos, les cuesta concentrarse y su rendimiento general disminuye con el tiempo.
Efectos sobre el Peso
Está demostrado que las personas que duermen poco tienen mayor riesgo de obesidad y, por lo general, tienden a ocupar las horas nocturnas con actividades poco saludables, como mirar la televisión o jugar con el ordenador…de todos modos actividades que requieren poco movimiento y que hacen correr a la nevera en busca de alimentos poco sanos. A altas horas de la noche nos entran más ganas de comer alimentos hipercalóricos. Diferentes estudios han demostrado que las personas que duermen menos tienden a comer más de los que duerme lo suficiente. Los cambios hormonales derivados de la falta de sueño estimulan la sensación de hambre que, con el tiempo, conduce a un aumento de peso. Aunque durante el día no comamos mucho, si introducimos la mayor parte de la comida durante la noche, aumenta la probabilidad de que las calorías asumidas se transformen en grasas.
Efectos sobre la Salud Mental
No es raro que el insomnio crónico sea reconocido como causa desencadenante de una enfermedad mental. En los casos menos graves se manifiesta con una sensación de cansancio constante, irritabilidad, falta de motivación y cambios de humor. En los casos más graves, sin embargo, puede llegar a causar alucinaciones o crisis depresivas. Por lo general, estos trastornos se producen cuando el cerebro está sobrecargado por falta de sueño, especialmente en individuos con predisposición a desarrollar enfermedades mentales.
Efectos sobre la Salud Física
Dormir poco tiene efectos negativos sobre nuestro sistema inmunológico, favoreciendo el desarrollo de enfermedades que a primera vista pueden manifestarse en forma de un simple resfriado o con los síntomas de la gripe. Sin embargo, los trastornos del sueño a la larga pueden provocar daños serios a la salud. Los trastornos crónicos del sueño con una media de tres de cada siete noches aumentan las probabilidad de enfermedades gastrointestinales, parada cardíaca, accidente cerebrovascular, diabetes, enfermedades vasculares e incluso el cáncer.
Un estudio realizado por el EHJ (European Heart Journal) ha demostrado que el riesgo de enfermedades cardíacas aumenta en un 48% si se duerme menos de seis horas. Otros estudios han demostrado que, privando el cuerpo del descanso necesario, se incurre en: presión alta, arterias obstruidas e insuficiencia cardíaca.
Un estudio llevado a cabo en Japón ha demostrado, entre otras cosas, que existe una correlación entre los trastornos del sueño y la diabetes, determinando que niveles altos de azúcar en la sangre durante un tiempo prolongado (Hemoglobina Glucosilata, también HbA1c) muestran una clara conexión con los trastornos del sueño, como despertarse demasiado temprano por la mañana. Se sospecha que un sueño de baja calidad provoca la liberación de la hormona del estrés (el cortisol), que favorece el desarrollo de la diabetes. Por último, pero no menos importante, no dormir lo suficiente puede causar cáncer. Los casos en que los trastornos del sueño se pueden atribuir al trabajo a turnos son los más graves: en 2007 el Centro Internacional de Investigación contra el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud ha clasificado el trabajo a turnos nocturnos entre los factores «probablemente cancerígenos». En especial, se ha observado un mayor riesgo de desarrollar cáncer entre el personal sanitario y los auxiliares de vuelo, ya que un desfase permanente del ciclo sueño/vigilia así como estar sometidos constantemente a la luz artificial favorece el desarrollo de tumores.
- Largas fases de vigilia, dificultad de adormecimiento
- Despertarse varias veces durante el sueño
- Sueño incómodo y no reparador
- Dificultad a ponerse en marcha por la mañana
- Tendencia a dormirse durante el día
- El cuerpo está sobreestimulado y tenso
El sueño puede verse afectado negativamente por factores externos (exógenos) o internos (endógenos).
Trastornos exógenos del sueño
El jetlag se produce cuando se cruzan dos o más husos horarios en un corto periodo de tiempo, por lo que el reloj biológico deja de estar sincronizado con el tiempo real. Esto confunde las hormonas que normalmente están acostumbradas a seguir un ritmo de 24 horas. Cuanto mayor sea el número de husos horarios que se cruzan, peores serán los trastornos vinculados al jetlag, porque nuestros ritmos internos se adaptan muy lentamente. La dirección del vuelo también influye en el desarrollo del jetlag. El organismo humano soporta mejor los viajes hacia el oeste que hacia el este, por la sencilla razón de que el ciclo de nuestro reloj biológico no dura estrictamente 24 horas, sino que es un poco más largo. Dado que los viajes hacia el oeste alargan el día, más bien llevan grandes beneficios a nuestro reloj biológico.
Un trabajo a turnos puede tener el mismo efecto que un viaje a través de muchos husos horarios. Por eso a veces se le llama «jetlag social». Un cambio constante de los horarios de trabajo, así como el trabajo nocturno confunde los ritmos circadianos naturales del cuerpo humano: los trabajadores a turnos tienen que ajustar constantemente hacia adelante y hacia atrás su reloj biológico. Estos trabajadores sufren de insomnio crónico. En promedio, los que trabajan por la noche duermen entre dos y cuatro horas menos que los que trabajan durante el día. De hecho, debido a los diferentes elementos de perturbación, la calidad del sueño durante el día es peor que la calidad del sueño durante la noche.
- Una vez en el avión, ponga el reloj sobre la hora del País de destino: de esta manera podrá contrarrestar el jetlag
- Siga el ritmo diario una vez llegado a su destino
- Pase mucho tiempo al aire libre
- Si ha viajado hacia el este, durante unos días vaya a la cama una o dos horas antes de lo habitual. Si ha viajado hacia el oeste, vaya a la cama algunas horas más tarde de lo habitual
- Tome Melatonina
- Intente viajar hacia el oeste
- Asegúrese de que el lugar de trabajo esté bien iluminado (la luz debe ser muy clara: más de 300 lux para contrastar las horas más oscuras de la noche)
- Durante el turno de noche, breves siestas reparadoras de 5-10 minutos favorecen la concentración.
- Al final del turno de noche, si afuera ya hay luz, use gafas de sol, de manera que el cuerpo no se programe en modo «día
- Coma comidas ligeras, de lo contrario el cuerpo se siente cansado y débil.
- Haga mucha actividad física
- Respete estrictamente las horas de las comidas, pausas y descanso
- Tome Melatonina
Trastornos del sueño causados por el consumo de medicamentos
Los trastornos del sueño pueden surgir del consumo de determinados fármacos, como por ejemplo los beta bloqueadores, o de sustancias estimulantes como alcohol, cafeína, nicotina y también las grandes comilonas por la noche. Un exceso de alcohol puede ayudar a conciliar el sueño, pero puede causar el despertarse demasiado pronto en la segunda mitad de la noche, con problemas para quedarse dormido de nuevo. La fase de sueño REM se debilita y las anfetaminas eliminan la necesidad de dormir.
Factores mentales
La psique humana es muy compleja. Estados emocionales problemáticos tales como el estrés, la ira y el miedo pueden causar trastornos del sueño tanto como las enfermedades mentales más graves, como la depresión y el síndrome de burnout. Por lo tanto, es importante identificar la causa de estos problemas: para encontrar una solución adecuada.
Trastornos del Sueño Endógenos
Falta de Melatonina
Para poder producir melatonina, nuestro cuerpo necesita serotonina. El estilo de vida moderno nos somete a estrés a diario y está caracterizado por una alimentación poco saludable, una sobrecarga sensorial y una escasa actividad física: todo esto puede llevar a una deficiencia de serotonina y a una serie de patologías físicas La edad también puede incidir de modo significativo. A medida que envejecemos, nuestra glándula pineal tiende a producir siempre menos melatonina, calcificándose siempre más. Otra causa es la luz, sobre todo la luz artificial a la que nos exponemos durante las horas nocturnas, que impide la producción endógena de melatonina. Si por alguna de estas razones el cuerpo no produjera suficiente melatonina, se manifestarán los primeros trastornos del sueño. En este caso, lo mejor es recurrir a un suplemento de la hormona que estimula el sueño.
Síndrome de la fase del sueño retrasada
El síndrome de la fase del sueño retrasada se caracteriza por la incapacidad de conciliar el sueño. Por lo general, se manifiesta en la franja de edad que va de la adolescencia a a la edad adulta temprana entre los sujetos que pertenecen al tipo cronobiológico «búho» (los noctámbulos). Estos sujetos confunden el día con la noche, manteniéndose despiertos hasta altas horas de la noche y durmiendo luego hasta la tarde. Las personas que sufren de este síndrome tienen insomnio crónico. El síndrome de la fase del sueño retrasada entre los noctámbulos puede ser tratado idealmente por la mañana con la terapia de la luz. Se recomienda someterse a la terapia de la luz temprano por la mañana para adelantar el despertar. Efectos similares se pueden lograr tomando melatonina en las últimas horas de la tarde.
Síndrome de ciclo sueño-vigilia alterado
El «síndrome de ciclo sueño-vigilia alterado» fue descrito por primera vez en 1948 por el médico alemán, Dr. Remler. En sus publicaciones científicas describió que algunas personas ciegas invierten sus ritmos circadianos de la temperatura, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la excreción.
El síndrome de ciclo sueño-vigilia alterado es un trastorno crónico grave del ritmo circadiano y es particularmente frecuente entre las personas ciegas. Los sujetos que sufren este desorden no son capaces de configurar o sincronizar sus relojes biológicos en las 24 horas: estas personas viven su ritmo personal que dura entre 24 y 25 horas. Por esta razón, cada día se despiertan 30 minutos más tarde con respecto al día anterior. Todos los otros ritmos del organismo, como la temperatura corporal, la distribución de las hormonas o el pico de actividad, se deslizan en consecuencia.
El propósito de una terapia correcta desde el punto de vista cronobiológico es sincronizar el reloj biológico de cada persona con el ritmo circadiano de 24 horas. Es posible recurrir tanto a la terapia de la luz de la mañana como el uso de sustancias que eliminan el cansancio que se manifiesta durante el día. El uso de melatonina o de sustancias similares en las horas nocturnas no sólo estimula el sueño durante la noche, sino que sirve también para regular el reloj biológico.
Síndrome de apnea obstructiva del sueño
Este síndrome se conoció relativamente bien en 1972 cuando fue definido por Christian Guilleminault. El término «apnea» viene del griego «apnoe», que significa «sin respirar». Este síndrome se caracteriza por breves periodos de parada respiratoria que se repiten durante la noche. Los sujetos que sufren este problema tienden a roncar debido a la contracción durante el sueño de las vías respiratorias superiores. Respirar es posible solo con un gran esfuerzo, cuando no es hasta imposible. El síndrome de apnea obstructiva del sueño se caracteriza por al menos cinco episodios de apnea o de hipopnea que duren al menos 10 segundos cada uno. Este síndrome puede causar una larga serie de patologías, incluyendo enfermedades cardiovasculares, hipertensión, estados de ansiedad, diabetes y depresión. Por lo general, afecta a los hombres de entre 30 y 60 años de edad, pero las mujeres también pueden sufrir este problema. A pesar de ser muy frecuente, el síndrome de apnea obstructiva del sueño a menudo se diagnostica demasiado tarde. Las opciones de tratamiento posibles incluyen una intervención quirúrgica, la aplicación de aparatos intraorales o la terapia ventilatoria (CPAP).
Síndrome de las piernas inquietas
Este trastorno neurológico está muy extendido. Se trata de un síndrome caracterizado por un desorden en el sistema nervioso central. La característica principal de este trastorno es la sensación (infundada) de sentir dolor en las piernas, que en la mayoría de los casos se manifiesta a la hora de acostarse. El dolor puede ser de varios tipos (hormigueo, punzante, calambres o desgarros). Solo el movimiento alivia las molestias. Las mujeres son afectadas dos veces más que los hombres y este síndrome es particularmente frecuente durante las últimas semanas de embarazo. La causa todavía no es del todo clara, pero se supone que dependa de una predisposición genética. En la terapia se utilizan sustancias dopaminérgicas, como el L-dopa (levodopa) o los llamados agonistas dopaminérgicos. Todavía se está intentando demostrar, a través de investigaciones científicas extensas, si los trastornos en la secreción de la melatonina pueden ser en parte responsables de este trastorno.
Hipersomnia – Narcolepsia
La necesidad de dormir por más de siete horas es un trastorno particular del sueño. Por factores aún no del todo claros, los sujetos que están afectados necesitan dormir durante más de siete horas para sentirse descansados y revitalizados. En los casos de narcolepsia, los pacientes padecen una urgencia de dormir improvisa y muy intensa, hasta el punto de que no puede evitar quedarse dormido de forma repentina. Hasta la fecha, las causas de estos trastornos del sueño aún no se han estudiado en profundidad, pero hay casos documentados que apuntan a factores genéticos y a cambios de algunos mensajeros químicos. Para este trastorno, por lo tanto, no hay terapias causales.
Los enfoques terapéuticos
Para prevenir o mantener bajo control los trastornos del sueño, es importante respetar la llamada «higiene del sueño».
Esto incluye las siguientes medidas preventivas:
- Reducir los esfuerzos físicos y mentales en las horas antes de irse a la cama
- No comer comidas abundantes menos de dos horas antes de irse a la cama, prefiriendo comidas ligeras y porciones escasas
- Acostumbrarse a respetar de manera estricta el horario de acostarse y despertarse
- Cafeína, nicotina y alcohol favorecen el desarrollo de los trastornos del sueño
- Evitar el alcohol o reducirlo al mínimo; los otros estimulantes no deberían ser consumidos a partir de las últimas horas de la tarde
- El deporte es importante para el cuerpo, pero, si es posible, evitar una actividad intensiva en las tres horas antes de acostarse
- Antes de ir a dormir se recomienda evitar el uso de dispositivos electrónicos – incluyendo la televisión – porque la luz azul emitida inhibe la distribución de la melatonina
- Asegúrese de que su dormitorio sea un lugar tranquilo, oscuro y que tenga la temperatura ideal (15-18°C).
- La cama sólo debe utilizarse sólo para dormir y para la actividad sexual
- Para relajarse, se puede beber una infusión de hierbas o leche caliente con miel, que favorecen el sueño
- Si tiene dificultad para relajarse, existen técnicas de relajación que pueden ayudar
- Mantener un ritmo sueño/vigilia regular, incluso durante los fines de semana, para evitar desfasar el ritmo circadiano.
En el sujeto que acusa desfase del ritmo circadiano, como en el caso de jetlag, trabajo a turnos o síndrome de la fase del sueño retrasada, la melatonina se produce en medida suficiente pero en el momento equivocado. Tomar melatonina en los horarios más adecuados permite ayudar el ritmo circadiano sincronizándolo de acuerdo con las necesidades individuales. Este tipo de terapia también se llama cronoterapia, ya que no sustituye la producción espontánea de melatonina, sino que regla su distribución a nivel endógeno.
Cuando la causa de los trastornos del sueño se puede atribuir a una (leve o grave) deficiencia de melatonina, entonces es necesario reemplazarla, por ejemplo con una terapia de reemplazo hormonal. En este caso se propone una fórmula galénica optimizada de acuerdo con los principios de la cronobiología que es capaz de liberar melatonina durante seis horas.
La terapia de la luz es un método sencillo y eficaz para el tratamiento de los trastornos del sueño y sin efectos secundarios. Se utiliza luz a una intensidad entre 2.500 y 10.000 lux. Como un temporizador natural, la luz de alta intensidad influye en nuestro equilibrio hormonal y, en consecuencia, en nuestro ritmo circadiano. El objetivo es moverlo hacia adelante o hacia atrás, según corresponda. En el caso de que sea necesario dormirse y despertarse antes, el ritmo circadiano debe moverse hacia atrás. En el caso de que sea necesario dormirse y despertarse después, el ritmo circadiano debe moverse hacia adelante. Los primeros signos de mejora en la calidad del sueño y el bienestar general se tendrán ya durante la primera semana de terapia. Sin embargo, esta terapia funciona solo si se aplica a sujetos que todavía son capaces de producir suficiente melatonina.
Algunos métodos que favorecen la relajación pueden mejorar la calidad de nuestro sueño.
- Retroalimentación biológica (biofeedback):Con este proceso es posible controlar funciones físicas aparentemente espontáneas. Los pacientes deberían aprender a utilizar el poder del pensamiento para encontrar descanso cuando se experimentan trastornos del sueño. El método de retroalimentación biológica permite que los pacientes alcancen el estado de relajación mental suficiente para adormecerse. La rehabilitación se lleva a cabo con la electromiografía que permite localizar y luego distender los músculos para alcanzar el nivel justo de relajación. Este método es adecuado a todos y es fácil de aprender. Para curar los trastornos del sueño se necesitan entre 8 y 20 horas. .
- Entrenamiento autógeno: Es una técnica de relajación compleja que se basa principalmente en la autohipnosis. Con este método, nos centramos en la relajación de partes del cuerpo específicas intentando influenciarlas por medios de la autohipnosis (por ej. mi pierna derecha es ligera como una pluma). De este modo se evocan cambios físicos.
- Meditación: Con esta técnica tiene como objetivo centrar la atención en un objeto particular (por ej. un cuadro, un punto cualquiera de la habitación, etc.). El objetivo es liberar completamente la mente de cualquier pensamiento, proporcionando rápidamente al organismo la misma dosis de descanso y energía que resultaría de una hora de sueño. Numerosos estudios científicos confirman la eficacia de esta técnica, ya que la meditación calma todas las funciones corporales..
- La relajación muscular progresiva de Jacobson: Se trata de la técnica de relajación más comúnmente utilizado. Este proceso debería permitir el paso de un estado de tensión muscular total a un estado de relajación. Cada grupo muscular se estira durante unos segundos y luego se suelta. La tensión debería durar unos 5-10 segundos, mientras que la relajación debería durar unos 30-45 segundos. El objetivo es llevar cada músculo a un estado de relajación más profundo.
Existen dos enfoques terapéuticos para sincronizar los ritmos endógenos de las personas ciegas con el normal ritmo día-noche. El primero es la administración por la noche de melatonina como hormona temporizadora. La ingestión de melatonina señala al cuerpo que es noche. Actualmente existen otras sustancias disponibles, similares a la melatonina, como por ejemplo el tasimelteon (Hetlioz®), que también se debe tomar por la noche ya que aprovecha los receptores de melatonina en el cerebro con el fin de regular el reloj biológico y adaptarlo al ritmo día-noche normal.
También existe una variedad de medicamentos que contrasta el cansancio durante el día. Un ejemplo de estas sustancias es el armodafinilo (Nuvigil®), que estimula el estado de vigilia en los pacientes que sufren de somnolencia excesiva. Este fármaco actúa sobre receptores de neurotransmisores específicos y estimula el sistema nervioso simpático.
Al lado de la melatonina, que actúa en el ritmo sueño-vigilia, que soluciona los problemas de quienes no logran dormirse o estar despiertos, que reduce los síntomas del jetlag y mejora la calidad del sueño, existen muchas otras sustancias vegetales que tienen efectos positivos en el sueño y que se han estudiado desde un punto de vista cronobiológico para poder ser combinadas de una manera óptima con cualquier otra sustancia natural y biológica.
Sustancias con una influencia positiva sobre el sueño a tomar por la noche:
- Lúpulo
- Valeriana
- Melissa officinalis
- Pasiflora
- Hojas de menta
Sustancias con efectos negativos sobre el sueño::
- Cafeína
- Bebidas alcohólicas
- Nikotin
- Medicamento específicos (por ej. somníferos que contienen benzodiazepinas y barbitúricos, peor también antidepresivos y dopamina)
- Cenas ricas de gradas y pesados de digerir