El metabolismo de la glucosa también es uno de procesos con regulación cronobiológica. La más importante de las enfermedades metabólicas es la diabetes mellitus tipo 2, o diabetes del adulto, una enfermedad muy extendida causada principalmente por los malos hábitos alimenticios, la obesidad y el sedentarismo. Las personas afectadas por esta enfermedad tienen un exceso de glucosa (azúcar) en la sangre. En lugar de alimentar adecuadamente nuestros órganos, los vasos sanguíneos y las células, las moléculas de azúcar permanecen en la sangre y vagan sin rumbo por todo el organismo. Esta forma de diabetes es la más común y afecta alrededor del 7-8% de la población adulta y, desafortunadamente, a menudo se diagnostica demasiado tarde. Las células somáticas, que normalmente necesitan insulina para poder absorber el azúcar de la sangre, desarrollan una resistencia a la insulina en sí. Esto causa un aumento de los niveles de azúcar en la sangre, ya que esta resistencia impide al azúcar pasar de la sangre a las células. Ignorar la diabetes significa aumentar drásticamente el riesgo de enfermedades cardíacas, ataques al corazón, problemas de circulación y enfermedades coronarias. Por otra parte, el deseo de comida principalmente grasa y muy calórica con el tiempo puede conducir a la obesidad, con todos los efectos secundarios que derivan. Sin embargo, una dieta alta en fibra y baja en calorías pueden prevenir o al menos retrasar la aparición de esta enfermedad.

Lucha eficaz contra la diabetes con el uso de principios activos tomados en momentos específicos de acuerdo con los criterios cronobiológicos

Con la ayuda de sustancias vegetales tomadas en momentos específicos, los niveles de azúcar en la sangre pueden ser corregidos. En las terapias para el tratamiento de la diabetes, ya se han empleado alrededor de 1200 plantas que contienen sustancias vegetales secundarias bioactivas de la categoría de los flavonoides, terpenoides, alcaloides, glucósidos o carotenoides. Estas sustancias tienen la capacidad de corregir los niveles de azúcar en la sangre. Además, tienen la capacidad de fortalecer la sensibilidad de las células a la insulina, manteniendo estable el nivel de glucosa en la sangre. También tienen propiedades energéticas, ayudan a perder peso y a mejorar la vista. Estas sustancias vegetales curativas se emplean como coadyuvante en los tratamientos médicos, para la prevención de la diabetes y para mejorar la calidad de la vida de los que ya la sufren. El objetivo de este enfoque es que sea más fácil para las células absorber los azúcares de la sangre durante el día. Al mismo tiempo, se pretende evitar una absorción excesiva de azúcares en el intestino. Durante el día, también es necesario aumentar la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, por la noche hay que lograr quemar más grasas, a fin de contribuir a la normalización de los niveles de azúcar en la sangre.

En el mundo occidental un adulto sobre dos es obeso. La obesidad se produce cuando se toman más calorías de las que se queman. Si ingerimos cantidades de comida superiores a las necesarias no asimilamos correctamente los nutrientes. En consecuencia, nuestro cuerpo almacena los nutrientes dentro de las células adiposas. Las sustancias estimulantes, como el alcohol, los dulces, la harina blanca y los alimentos ricos en grasas complican el proceso natural de nutrición, que no consentiría la acumulación de grasas.

Además, la edad y los cambios hormonales (especialmente en las mujeres) juegan un papel importante en el desarrollo de la obesidad. Una vez más, esto aumenta el riesgo de diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, trastornos del metabolismo de las grasas y cáncer. Para perder peso puede optar por: ingerir menos calorías, o quemar más calorías.

Reducción de la obesidad gracias al empleo de sustancias tomadas en el momento oportuno que previenen la absorción de azúcares y grasas en el intestino

La asunción de estas sustancias debería producirse de acuerdo con los principios cronobiológicos, que, en este caso específico, no se refieren a un horario preciso, sino a “antes de las comidas” o “después de las comidas”. Los hidratos de carbono y, en concreto, los azúcares son sustancias que nuestro organismo asimila fácilmente. Por esta razón, es importante que aquellas sustancias capaces de impedir la asimilación de hidratos de carbono y los azúcares se tomen inmediatamente después de las comidas. Los bloqueadores de grasas, sin embargo, deben tomarse inmediatamente antes de las comidas, dado que no se descomponen hasta el final del tracto gastrointestinal.

Reducción de la obesidad por medio de la ingesta en el momento adecuado de sustancias activas específicas que estimulan el metabolismo desde el interior

Cada vez más personas tienen puestas sus esperanzas en sustancias vegetales científicamente probadas que se supone deberían ayudar a perder peso. Una serie de extractos de plantas y frutas populares contienen sustancias metabólicamente activas, que aseguran el ajuste del metabolismo de la glucosa y controlan las sensaciones de hambre y saciedad. Estas sustancias diseccionan las moléculas de grasa y comienzan el proceso de combustión a través de la aceleración del metabolismo. Resultado: pérdida de peso y reducción de las células adiposas hasta su dimensión original. Estas sustancias también impiden la nueva acumulación de energía no consumida, incluso sin necesidad de cambiar los hábitos alimenticios. Esto interrumpe el circulo vicioso. Lo importante es que estas sustancias vegetales se tomen de modo correcto desde el punto de vista cronobiológico. La finalidad de estos suplementos alimenticios es disminuir la acumulación de tejido adiposo y mantener eficazmente bajo control la asimilación de los azúcares y el apetito, sin provocarnos frustraciones o estrés. Con la ayuda de las sustancias que se toman por la mañana, el metabolismo se pone en marcha generando una gran energía, mientras que las sustancias tomadas por la noche curan y regeneran los tejidos dañados durante las horas sucesivas. Hay muchas sustancias que estimulan la quema de grasa durante todo el día.

Con el fin de lograr resultados aún mejores y/o rápidos en el tratamiento de la obesidad, los dos métodos descritos pueden emplearse al mismo tiempo. Independientemente de todo esto, realizar actividad física moderada y constante (cinco o seis veces por semana durante unos 30 minutos) ayuda a alcanzar y mantener el peso ideal.

El tracto intestinal no solo es el órgano más importante de nuestro aparato digestivo, pero también es el área más grande en la que nuestro organismo entra en contacto con su ambiente. Todo el tracto digestivo contiene una flora intestinal fisiológicamente equilibrada, formada sobre todo por bacterias útiles que se alimentan de la comida ingerida, pero a veces incluso de agentes patógenos indeseados. La salud de la flora intestinal es importante para impedir el establecimiento y la actividad de agentes patógenos, así como para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Los microorganismos también tienen valiosas funciones como por ejemplo la de proporcionar a nuestro organismo vitaminas específicas y otros micronutrientes, o la creación de células inmunitarias. Seguir un régimen alimenticio incorrecto durante décadas y la toma de ciertos medicamentos (por ej. antibióticos) han llevado a millones de personas a contrastar el ecosistema perturbado por el abuso de comida. Introduciendo microorganismos específicos, podemos restablecer nuestra flora intestinal de una manera natural.

Con el fin mejorar nuestra flora intestinal es necesario tomar sustancias activas en horarios específicos. El consumo de los probióticos para normalizar la flora intestinal se produce por la mañana. Las fibras solubles en agua (los prebióticos) que no son digeribles por el cuerpo humano, contribuyen a crear la base nutricional ideal para el sustentamiento de los probióticos que, adhiriendo perfectamente a las paredes intestinales, podrán reproducirse de manera óptima. Por la noche, los prebióticos se digieren con el fin de asegurar el crecimiento de las bacterias presentes en el tracto digestivo y para preparar las paredes intestinales para la absorción de los próximos prebióticos.